domingo, 12 de junio de 2022

LA CIUDAD SOLITARIA. Un libro sobre el arte de estar solo

 

“Si te sientes solo, este libro es para ti” -es la dedicatoria de la autora, Olivia Laing (Reino Unido, 1977).

En él se hace preguntas: “¿Qué significa estar solo? ¿Cómo vivimos cuando no tenemos una relación íntima con otro ser humano? ¿Cómo conectamos con otras personas, sobre todo si hablar no nos resulta fácil? ¿Cura el sexo la soledad?... Y ¿nos ayuda en algo la tecnología? ¿Nos acerca más o nos atrapa detrás de un apantalla?...”.

La relación de la soledad con el arte

“Mientras viví en Manhattan, empecé a reunir obras de arte que parecían articular la soledad, o sufrirla, sobre todo tal como se manifiesta en las ciudades modernas y, más concretamente, como se ha manifestado en Nueva York a lo largo de los últimos setenta años, aproximadamente”.

4 artistas despiertan principalmente su interés: Hopper, Warhol, Henry Darger y David Wojnarowicz.

“…Lo que aquí se presenta es un mapa de la soledad,… a partir de los fragmentos reunidos a través de mis propias experiencias y las de otros”.

E. Hopper (1882-1967), el pintor de la soledad y de la eterna espera

“…he paseado muchas veces por la zona de las calles 30, entre Broadway y la Quinta Avenida, y he visto muchos hoteles de mala muerte…”- explica el pintor, en una de las pocas entrevistas que concedió. … “Desde la ventanilla del tren elevado, en el que a Hopper le gustaba dar vueltas de noche, armado con su cuadernos y sus lápices de creta, observando…”- escribe Laing. Una de las obras propias que más le gusta a Hopper es Los noctámbulos: “Así es como me imagino la calle de noche”…

“El artista es la obra…Me pronuncio en mis cuadros…Intento pintarme a mí mismo”- dijo.

“La soledad no es una experiencia inútil”

“Yo estaba en Nueva York porque me había enamorado locamente, pero todo salió mal y de pronto me quedé con las manos vacías…A falta de amor, me aferré desesperadamente a la ciudad…”- se confiesa Laing.

“[En Brooklyn Heights, barrio en el que se sitúa su primer apartamento] Hacía prácticamente lo mismo todos los días. Salía a desayunar, café y huevos; daba vueltas sin rumbo por esas calles de adoquines tan bonitas, o bajaba al paseo a contemplar el East River. Cada día llegaba un poco más lejos, hasta que descubrí el parque de Dumbo, donde las parejas de novios puertorriqueños van los domingos a hacerse las fotos de boda…En la otra orilla se ve Manhattan, con sus torres resplandecientes”.

Warhol (1928-1987), “pinto así porque quiero ser una máquina… Las máquinas tienen menos problemas”

De Brooklyn, la autora se muda “a las verdes calles del East Village”, en Manhattan. “Iba todas las mañanas a tomar café en Tompkins Square Park y pasaba por delante de la fuente de la Templanza y el parque para perros. En la calle 9 Este había una cafetería con vistas a un jardín comunitario donde crecía un enorme sauce llorón…deambulaba sin rumbo y pasaba por debajo de los puntales del puente de Williamsburg, o paseaba por la orilla del East River hasta el edificio plateado de la ONU…”.

Warhol siempre había sido un artista al que ella había rechazado…, hasta que empezó a sentirse sola… Ve las dificultades que tiene para hablar en las entrevistas, sus problemas de dicción, y eso la une a él.

En Mi filosofía de A a B y de B a A, explica "cómo la tecnología lo liberó de la carga de necesitar a los demás"- escribe Laing. A la grabadora la llamaba "mi mujer". 

Lo primero que hace con ella es el libro a, una novela (1968), compuesto íntegramente por conversaciones grabadas. 

Para Truman Capote, Warhol era "la persona más sola que he conocido en la vida". 

David Wojnarowicz (1954-1992), de la destrucción a la creación mediante el arte

Empieza a hacer fotografías en el verano de 1979, con 25 años. “Quería crear imágenes que reconocieran a la gente apartada, excluida o marginada de la historia y los registros”- explica Laing.

[La serie] Rimbaud [Arthur Rimbaud en Nueva York, a finales de los años 70] llegó como un vago esbozo biográfico de lo que había sido mi pasado…sitios a los que iba cuando era un chaval, sitios en los que pasé hambre o que me obsesionaban por alguna razón…”. Por ejemplo, la barrera donde se apoyaba cuando era un chaval, esperando a los viejos que quisieran comprar su cuerpo flaco y descuidado…

En sus memorias (Close to the Knives), David dice: “Creo que este libro habla, sobre todo, del dolor de haber crecido, años y años, sintiéndome como un ser de otro planeta…Si nos expresamos sin tapujos, podemos hacer que los demás se sientan menos alienados…”. Eso es lo que él quiere conseguir. Cree que la obra de arte puede “actuar como un imán para atraer a otros que soportan igualmente ese silencio forzoso”…

“Siempre me he considerado o anónimo o de aspecto raro…, y hay un vínculo íntimo entre las personas que no encajan o no son atractivas, tal como lo entiende la sociedad en general”.

Nan Goldin, colega y amiga, explica en un prólogo a su Balada de la dependencia sexual: “De pequeña decidí dejar un registro de mi vida y mis experiencias que nadie pudiera reescribir o refutar…”.

Olivia Laing nos habla de sus paseos y de su situación personal entre medias de sus investigaciones: “…cada día hacía una ruta distinta [hacia el archivo Wojnarowicz, en la biblioteca Bobst de la Universidad de Nueva York] cruzando el East Village en zigzag. Unas veces me entretenía un rato en el pequeño cementerio escondido en la calle 2 Este [City Marble] y otras veces me quedaba en la puerta, leyendo los carteles de La Mama y el bar de Joe…A última hora de la tarde, cuando volvía a casa, y pasaba por delante de los viveros Plantworks o de la antigua iglesia de la Gracia, en Broadway, tenía la cabeza llena de imágenes…”.  Pero también se pasa días enteros “haciendo clic…navegando horas y horas…Me despertaba por las mañanas y, sin haber abierto los ojos del todo, cogía el portátil y empezaba a dar tumbos por Twitter…Casi había perdido el arte del habla…”. La autora analiza también esta “crisis de la intimidad, a medida que nuestra capacidad de socializar…se atrofia…El milagro de los ordenadores portátiles y los teléfonos móviles es que nos divorcian del mundo físico, que permiten a la gente aislarse en su burbuja privada…recelosos del contacto real…”.

“Cuando llegué a Nueva York estaba hecha pedazos” -se sincera la autora- “ …la vía para recuperar una sensación de entereza no fue conocer a alguien o enamorarme, sino acercarme a las cosas que otros habían creado y asimilar despacio…el hecho de que la soledad… no significa que uno haya fracasado, sino sencillamente que uno está vivo…Creo que la clave está en dos cosas: aprender a ser amigos de nosotros mismos y comprender que muchas de las situaciones que nos afectan como individuos son en realidad consecuencia de fuerzas superiores, como el estigma y la exclusión, a las que podemos y debemos oponer resistencia”…

Greta Garbo no dijo I want to be alone sino Leave me alone (déjame en paz)

Greta Garbo “daba dos paseos todos los días: echaba a andar sin saber a dónde iba y a veces terminaba en el Museo de Arte Moderno o en el Waldorf…A veces llegaba hasta Washington Square antes de dar la vuelta, haciendo un círculo de 10 kilómetros, curioseando en los escaparates de librerías y delicatesen, sin rumbo fijo”.

Tras la película La mujer de dos caras (1941), con 36 años, se retiró de la escena buscando la vida anónima. Hasta su muerte, en 1990, cinco décadas después,  vivió en un enorme apartamento (260 m2) con vistas al East River -que le recordaba a su Estocolmo natal- del edificio Campanile, en la calle 52 Este, en Manhattan.

“Pasear es mi mayor placer -dijo la actriz-. A veces voy a donde vaya la persona que tengo delante. No habría podido sobrevivir aquí [en Nueva York] sin pasear…Salía a observar a los seres humanos”.

Solía llevar gafas oscuras, zapatos bajos y un abrigo grande. “Mi vida ha sido una travesía de escondites, puertas traseras, ascensores secretos y todas las posibles maneras de pasar desapercibida para no ser molestada por nadie…”.

Henry Darger (1892-1973), el conserje-artista de Chicago: arte contra la soledad

Como ocurrió con Vivian Maier, la niñera fotógrafa, hasta su muerte nadie supo nunca de este artista outsider (marginal, autodidacta). En su habitación de la calle Webster aparecieron 300 cuadros y miles de páginas escritas, desde sus memorias, a diarios y novelas. Las últimas entradas en su diario son el relato de una soledad: “Sábado, 12 de abril. Mi cumpleaños. Lo mismo que el viernes. Historia vital. Sin pataletas“. “Domingo, 27 de abril de 1969. Dos misas y Comunión. Me como un perrito caliente. Estaba muerto de frío. Me fui a la cama por la tarde”. “Miércoles, 30 de abril de 1969. Sigo en la cama con un resfriado muy fuerte. De día frío y de noche mucho más. Ha sido un tormento. Ni misa ni Comunión. NI historia vital”.

Su última entrada, de finales de diciembre de 1971: “He pasado una Navidad malísima. Nunca en la vida he tenido unas Navidades buenas…Estoy muy amargado, aunque afortunadamente no soy vengativo…Este año ha sido muy malo. Espero que no se repita…”.

En 1959, había muerto su único amigo: “…desde entonces estoy completamente solo. Nadie me ha aceptado desde entonces…Me siento como perdido en el vacío…En adelante viviré la misma vida…”.

Su arte es una manera de ¿compensar, reparar? la soledad.

Nueva York

“ …esa ciudad de cristal y ojos siempre al acecho...”.

Laing. Sus palabras

"El arte es una fuente de claridad en tiempos como estos. Es también una forma de llegar a otra persona cuando ya no podemos tocarnos. Es un consuelo leer o escuchar música, experimentar cosas que otros humanos han hecho, y también es una gran fuente de consuelo el hacer cosas por ti mismo, incluso si piensas que no tienes talento. Dibujar, cantar o escribir un diario son actividades que pueden hacernos sentir tranquilos y conectados en un momento de gran temor" (Olivia Laing en 20 minutos).

SABER MÁS

https://www.anuevayork.com/guia-brooklyn-heights-ruta/. Brooklyn Heights, barrio donde Olivia Laing tuvo su primer apartamento.

https://www.youtube.com/watch?v=v7aqULVOrlQ. Canción Thoughts of You, de Dennis Wilson. “La soledad es un lugar muy especial”.

https://www.20minutos.es/noticia/4234637/0/la-ciudad-solitaria-olivia-laing-entrevista/. Entrevista en 20 minutos a Olivia Laing.

https://www.todocuadros.es/pintores-famosos/hopper/. Cuadros de E. Hopper. 


https://www.youtube.com/watch?v=aeC76ncf66w&t=2s. Tráiler de Los diarios de Andy Warhol. 

https://theluxonomist.es/lifestyle/arquitectura/se-vende-el-espectacular-apartamento-de-greta-garbo. Se vende el espectacular apartamento de Greta Garbo.

https://www.youtube.com/watch?v=7r5qc1lJqVM. Vértigo. Tráiler. “El tema de la película es la cosificación y la soledad que genera” (Olivia Laing).

https://oscarenfotos.com/2017/07/23/la-balada-de-la-dependencia-sexual-de-nan-goldin-serie-completa-y-comentada/. Nan Goldin: La balada de la dependencia sexual.

https://www.youtube.com/watch?v=eBxFRaGWec4. Canción Fistful of Love, de Anthony and the Johnsons. “En mi peor momento en Nueva York, prácticamente lo único que me consolaba era ver vídeos musicales en YouTube, hecha un ovillo en el sofá…” (Olivia Laing).

https://www.youtube.com/watch?v=bckob0AyKCA. Canción Strange Fruit, de Billie Holiday.

https://www.youtube.com/watch?v=9JKNKJlOX3c. Canción In the End, de Justin Vivian Bond.

https://www.youtube.com/watch?v=toypm7tdbWc. Canción Love Comes Back, de Arthur Rusell.

https://www.youtube.com/watch?v=XyM3x_3WhjY. Klaus Nomi, Simple Mind. https://www.youtube.com/watch?v=0Y9SWmbZVLg. Simple Man

http://peterhujararchive.com/. Archivo del fotógrafo Peter Hujar.

https://elpais.com/babelia/2022-02-17/el-mitico-dia-en-que-peter-hujar-retrato-a-allen-ginsberg.html. Un día en la vida del fotógrafo Peter Hujar. ‘La charla’, de Linda Rosenkrantz. Traducción de Jesús Zulaika Goicoechea. Anagrama, 2017. 280 páginas. 19,90 euros.

https://www.youtube.com/watch?v=UKMehPI1sUg. Her (2014), película de Spike Jonze.

https://elpais.com/diario/2011/05/13/tentaciones/1305310977_850215.html. Josh Harris y sus “experimentos”: Los peligros de una vida en público.

https://www.youtube.com/watch?v=N1cSbsJ5h1I. Tráiler de We Live in Public (2009), sobre la pérdida de la privacidad en la era de internet.

  



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