lunes, 29 de octubre de 2012

H.D.THOREAU. CARTAS A UN BUSCADOR DE SÍ MISMO

En su lápida, solo una palabra, HENRY, su nombre de pila. Sus últimas palabras, al morir: “alce” e “indio”. Antes, la frase: “Now comes good sailing” (Ahora, una buena singladura).

Henry David Thoreau murió el 6 de mayo de 1862, a los 44 años. El 2 de abril había dictado a su hermana Sophia su última carta, dirigida a sus editores, acompañando el ensayo Las manzanas silvestres.
 
Cartas a un buscador espiritual (Letters to a Spiritual Seeker) contiene las misivas que, a lo largo de trece años,  entre 1848 y 1861, escribe Henry David Thoreau a Harrison Blake, quien heredaría los volúmenes que componen el Diario de éste (iniciado en 1837).
En ellas se llama a sí mismo “Thoreau, el agrimensor” y habla sobre sus trabajos: “Hago mediciones de terrenos… y también doy conferencias”. Pero, sobre todo, camina, anda mucho.
“En un año mis paseos se han alargado y casi todas las tardes (al amanecer  escribo o leo o hago lápices, y así le doy a mi cuerpo algo de lo que vivir) visito alguna nueva colina, estanque o bosque, a muchas millas de distancia”.

En 1838, tras finalizar en la universidad de Harvard, había abierto con su hermano John la Academia Concord en su pueblo. Los paseos por la naturaleza y las visitas a las tiendas y negocios locales constituían una parte integral de  la educación. Cuando su hermano muere de tétanos, le dedica el viaje que realizan juntos en 1839 a las White Mountains. Lo titulará, en 1849, Una semana en los ríos Concord y Merrimack. Antes, en 1842, había publicado Una caminata a Wachusett.
Sus viajes, reales e imaginarios

Viajó a Quebec una vez (Una excursión a Canadá, 1853), a Cape Cod cuatro veces y a Maine, tres veces (la última, en 1857). En 1849 escribe el texto  Una excursión a Cape Cod para leer como una conferencia. Solo pide que le paguen los gastos si es fuera de Concord, donde no cobra nada. También relata en The Maine Woods, Los bosques de Maine, una escalada que realizó en 1846 al monte Ktaadn, la cumbre más elevada del estado de Maine. En 1853 lee en Concord su conferencia Excursión  al lago Moosehead. A menudo se desplaza en canoa. “Abandoné el pueblo y remé río arriba hasta Fair Haven Pond”. El río es el Concord, que en su nombre algonquino, Musketaquid, significa “Río con el fondo de hierba”.  A Amherst, en New Hampshire, lleva la conferencia “Caminar o la Naturaleza salvaje” en 1856.
Pero es, además, un lector voraz de escritos de viajes. Devora libros sobre Magallanes y James Cook, los exploradores árticos, los viajeros Livingstone y Burton en África.

En 1861 viaja a la región de los Grandes Lagos. Visita las cataratas del Niágara, Detroit, Chicago, Milwaukee, St. Paul y la isla Mackinac. Y publica el ensayo Caminar. En él, confiesa: “Si no pasara al menos cuatro horas al día…errando por los bosques, las montañas y los campos, absolutamente libre de todo compromiso mundano, creo que no podría conservar la salud ni el ánimo”. Aunque haya quienes le consideren un “haragán”. Un año después,  sale a la luz Los colores del otoño.
 
The essential facts of live. “Creo firmemente en la simplicidad”.

“Fui  [a vivir] al bosque porque deseaba vivir simplemente y enfrentar los hechos esenciales de la vida”-escribe en Walden o la vida en los bosques sobre su experiencia de vivir durante dos años, dos meses y dos días (del 4 de julio de 1845 al 6 de septiembre de 1847) en una cabaña levantada con sus manos, sustentándose por sí mismo. “Sembré cerca de la casa algo así como una hectárea de terreno ligero y arenoso, con judías principalmente, amén de algunas patatas, maíz, guisantes y nabos…La comida consistió en harina de centeno y maíz sin levadura, patatas, arroz, un poco de cerdo salado, melaza y sal; para beber, agua”.
“No es placentero procurarse a uno mismo lo necesario para vivir (recoger leña, recolectar fruta)…Pero el resto del tiempo nos queda para pensar”.

Con tablas recuperadas del río construye una vitrina para guardar los libros “orientales” que le regala Thomas Cholmondeley. Su biblioteca será una de las mejores provistas de todo el continente americano. “En algún sentido…yo soy un yogui”- escribirá.
 
Es consciente de que algunos tildan a sus escritos como  “ñoños”, “místicos”, o “puro relleno”. De hecho, se consideraba su filosofía,  el Trascendentalismo, como “música celestial” o “puro cuento” (moonshine).

Henry David Thoreau nació en Concord, Massachusetts, USA, en el 341 de Virginia Road (sede desde 1941 de la Throreau Society), en 1817.
Consideraba  su nariz su “rasgo más prominente”. “Feo como un pecado”- escribe de él Hawthorne. “Rudo y descuidado como soy…”- dice de sí mismo. “Mi mayor virtud es conformarme con poco”.

Thoreau, el poeta naturalista. Sus influencias hasta hoy
En 1873, su amigo y compañero de paseos William Ellery Channing publica su primera biografía.

Su  ingente Diario se publica completo por primera vez en 1906.
Influye en Gandhi, que lee Walden en 1906 y su ensayo Del deber de la desobediencia civil en una prisión sudafricana. En Martin Luther King, con su resistencia no violenta. También es un modelo para el movimiento ecologista. “¿Cómo se puede esperar que canten las aves si les han talado las frondas…?”.

Charles Ives publica en 1947 la versión definitiva de la conocida como Concord Sonata, cuatro movimientos, cada uno  dedicado a una de las figuras del Trascendentalismo estadounidense: Emerson, Hawthorne, Los Alcott (Bronson y Luisa May) y Thoreau.
En 1948, B.F. Skiner publica Walden 2, una utopía y una novela de ciencia ficción, inspirada por la obra de Thoreau.

En los años 60, Allen Sherman compone una canción parodia sobre el éxodo de la ciudad a los suburbios, Here´s the crabgrass, (sobre la canción English Country Garden), donde se recoge: “Live like Thoreau there, /A life of sweet simplic ity”.
The Walden Woods Project.  El Proyecto de los Bosques de Walden

Este conserva la tierra, la literatura y el legado del filósofo y naturalista desde los años 90. El Premio reconoce los logros en las áreas de: estabilidad climática,  biodiversidad, políticas ambientales globales, entendimiento entre los seres humanos y administración de recursos naturales.
 The Thoreau Society, fundada en 1941, contribuye a la expansión del conocimiento  sobre Thoreau recogiendo libros, manuscritos y objetos relativos a éste y a sus contemporáneos; propicia la utilización de sus colecciones y publica un Boletín y una Revista con los estudios más recientes sobre Thoreau. Además, realiza un Encuentro anual, al que asisten lectores y seguidores, para compartir  cualquier nueva información sobre el autor y su época.

Para saber más
http://www.mappingthoreaucountry.org/itineraries/birthplace/.

http://transcendentalism.tamu.edu/authors/thoreau/.

 

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